Sin pruebas no hay castigo

Llevamos tiempo adaptando (y lo que nos queda) el juego de fuerzas de los principios de libertad, privacidad/intimidad, seguridad y control al naciente medio social-individual-empresarial emergente, tan vertiginoso, tan global, tan... ¡inquietante! Y se están haciendo esfuezos para ello en muchos frentes, y muy especialmente en los de estrategia y legislación. Ya es sabido que el tratamiento de datos personales en la UE (y muy particularmente en España) está pendiente de que el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas concrete qué ha de entenderse por consentimiento en el contexto planteado por nuestro Tribunal Supremo. Pero hay otras esferas de interés. Por ejemplo, la de la lucha contra la delincuencia, en la que encuentran acomodo la reciente modificación del Código Penal y la ratificación de España del Convenio sobre Ciberdelincuencia de 2001, algo consecuente con el incremento de la actividad delictiva por Internet consignado por la Fiscalía General del Estado, una tendencia que nos tememos se mantendrá en el futuro.
JOSÉ DE LA PEÑA MUÑOZ
Director
jpm@codasic.com
A ello se suman los primeros esfuerzos concretos para proteger las infraestructuras críticas en la UE de ataques a sistemas vitales a gran escala, terreno en el que se está preparando una propuesta de Directiva. Tiene la iniciativa un sabor a endurecimiento de penas para los autores de ataques y para los desarrolladores de programas informáticos malintencionados.
Además, ha tomado cuerpo hoy la ciberseguridad en sus facetas ciudadanas, de orden público y en lo tocante a la defensa de los estados-nación. Y merece la pena recordar que hace algunos años, pocos, la cosa no pasaba del fraude. ¡Ah, cómo vamos cambiando sin darnos cuenta! ¿Se imaginan hace un quinquenio hablando de las “Dark Clouds”, del crimeware as-a-service, de los servicios de criptoanálisis en “la Nube”, del diseño de código malicioso orientado a Scada, de la protesta social en forma de ataque de denegación de servicio, del hosting seguro para albergar contenido ilegal...?
Queda camino que recorrer, porque todos los esfuerzos de defensa ante la ilegalidad deben pasar por consagrar la piedra angular de la evidencia electrónica. Hay que tenerla, tratarla adecuadamente y conseguirla de forma lícita, aunque sea caro. De otra forma, sus Señorías no deberían considerar probados los hechos, y se volatilizarán los culpables y los castigos. Y ése sí que es un peligro que acecha a la vuelta de la esquina. ¿Nos queda o no camino por delante?

 

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