Las curvas elípticas en criptografía
Cualquier persona que por afición o por necesidad profesional haya tenido contacto con la criptografía moderna en el ámbito de la infraestructura de clave pública, habrá notado como el tamaño de las claves usadas en el RSA o DSA crece constantemente para mantener niveles de seguridad constantes y significativos dentro de los patrones actuales de seguridad que se manejan en los ámbitos profesionales.
Este incremento, a la par que una cierta sensación de inseguridad que se transmite al cliente o usuario al ver que su sistema necesita actualización casi constante, conlleva un problema mucho más importante que es la actualización de equipos (usualmente hardware criptográfico que en ocasiones no pueden, o son mejorables a un alto coste) a los nuevos niveles exigidos. Así, la longitud de clave del RSA ha pasado de 512, a 1024 y en algunos ámbitos se exige ya 2048. Aunque hoy se considere en torno a los 760 (siempre que los parámetros de dicho sistema se escojan de manera inteligente, lo que se suele llamarse primos robustos) un nivel de seguridad aceptable.
ENRIQUE CRESPO ANTOLÍN
Departamento de I+D
PENTA3

<volver