Desde cualquier óptica, y muy especialmente desde la propia de los
profesionales de las TIC, el lamentable macroacentecimiento del 11-S puede
considerarse como una supercontingencia, triste pórtico de una era
de vulnerabilidad que hemos de considerar transitoria en tanto en cuanto
no se desarrollen y se ajusten los oportunos y adecuados sistemas de neutralización
del holding terrorista y sus paraísos, algunos fiscales.
Como todo acontecimiento catastrófico no total, éste ha abierto
(o acelerado) algunas oportunidades. Un ejemplo: como es sabido, las medidas
de seguridad en el transporte aéreo propician el uso de otro medio
tecnológico de relación: la videoconferencia. Dicho uso mitigaría
el jet lag y los gastos imputables a los viajes, incrementaría la
rapidez de comunicación y aceleraría la conectividad
global.
La supervivencia
Pero entremos en materia, que en esta entrega no es otra que la de reflexionar
sobre algunos conceptos de interés para cualquier gestor de una organización
preocupado por la supervivencia de la misma.
De primera intención, debemos asimilar que el futuro no es una precisa
continuación del presente ni del pasado. Este particular nos obliga
a citar el conocido principio de empresa en funcionamiento (gestión
continuada), en cuyo marco ha de entenderse que la empresa se considera
un ente de duración ilimitada, capaz de mantener sus operaciones
en un futuro previsible. En este contexto, la supervivencia de la entidad
significa que el todo es más que la suma de las partes. (Quizá
el olvido de este principio esencial pudiera servir para explicar lo sucedido
con muchas punto.com).
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Nos
encontramos lo suficientemente inmersos ya en la sociedad de la información
y en evolución hacia la del conocimiento como para vislumbrar
un futuro turbulento y pleno de incertidumbre. En este punto, viene al caso
mencionar la siguiente aseveración: Inseguridad, duda que se
tiene sobre el resultado futuro de un acontecimiento. A diferencia del riesgo,
en la incertidumbre no se conoce la probabilidad de que ocurra el posible
desenlace. Andersen dixit.
La experiencia del 11-S nos señala que el concepto de respaldo/recuperación
que garantice la continuidad de las operaciones y, efectivamente, la supervivencia
del negocio, deberá reconsiderarse en su globalidad, incluyendo los
recursos humanos. No hay como releer a Tom Clancy, Isaac Asimov y a Arthur
C. Clarke para darse cuenta de que, a estos efectos, la realidad ha copiado
a la ficción.
El 11-S ha demostrado también que el componente tecnológico
puede ser destructivo sin una legislación mundial eficiente, vinculante
y adecuada, y sin un cambio de valores hacia escenarios más justos
(Entendemos aquí -como ya se ha comentado en anteriores ocasiones-
que los tres elementos que interaccionan y van conformando el cambio social
son los tecnológicos, los políticos y los éticos).
Hemos llegado pues a un momento en el que sólo hay dos posiciones
límite: la globalización o el feudalismo. Las TIC nos llevan
a la primera, y en la globalización, la seguridad de la información
y la seguridad de las tecnologías de la información y las
comunicaciones adquieren una dimensión nueva.
El 11-S ha revalorizado las TIC, destacando en el hecho a Internet (cuyo
origen se remonta a un supuesto escenario de resistencia a un ataque nuclear)
y a la telefonía celular (móvil), como paradigmas del policentrismo
remoto y la motilidad (RAE: facultad de moverse).
Estos dos factores, por la vía positiva, nos deben ayudar a comprender
que la infraestructura de respaldo/recuperación, permanentemente
actualizada, deberá cubrir la degradación máxima soportable
de la supervivencia de la empresa, teniendo en cuenta que la distancia geográfica
en sí es un factor de seguridad, no sólo de la informática
y de las comunicaciones, sino corporativa (véase lo sucedido en el
World Trade Center de NY).
A tenor de lo dicho, hay dos aspectos que deberían tenerse en cuenta
por la clase dirigente, preocupada desmedidamente en la actualidad por la
cruda reducción de costes. En primer lugar, que la continuidad de
negocio requiere medios humanos y materiales a corto, medio y largo plazo,
y en segundo, que resulta necesario, a la luz de estos tiempos, actualizar
el censo de amenazas y la asignación de riesgos.
Se ha intentado en esta entrega clarificar algunos conceptos elementales
que aparecen en el diagnóstico de la situación post 11-S,
y que justificarán la restructuración de la empresa y, por
ende, de su sistema de información, incluido su soporte TIC y su
seguridad. Eso sí, por más ciencia y conciencia, lo mejor
aquí es hacer una cita taurina llena de prospectiva y adivinación.
Dice así: De todas las suertes del toreo, la más importante
es que no le coja a uno el toro. El problema es saber si es un mundo
globalizado, esto es posible.
Insisto y persisto: el censo de amenazas y riesgos actualizado post 11-S,
así como su puesta al día permanente, deberá ser el
objetivo inicial y básico del Proyecto E2K+1, condición necesaria,
pero no suficiente, para desarrollar, implantar y mantener un plan de contingencia
más adecuado y a medida de la entrante sociedad de la información
de la era global.
P.D.: según el diario Expansión (22-10-2001), La Bolsa
de Nueva York busca un segundo parqué de emergencia. Por lo
que se ve, el 11-S ha hecho reflexionar a los ocupantes de Wall Street,
o sea, el NYSE. No me resisto a incluir una reflexión final. Recuerdo
que el Nasdaq (National Association of Segurities Dealers Automated
Quotations, en español Asociación nacional de agentes operadores
de acciones según cotizaciones automáticas) está ubicado
en Connneticut. Evidentemente, Manhattan es Manhattan (Nueva York), y Nueva
Jersey y Conneticut son otros estados. Si hay que disponer de un segundo
foro, los problemas de comunicaciones y energía tienen solución
tecnológica solubles, pero los fiscales y políticos son, por
decirlo de alguna manera, un pelín más complejos. |