Tras
unos días pensando en el encabezamiento de la misma "¿Qué
preocupa?", y en sus correlaciones ¿a quién preocupa?
y ¿en qué materia?, la respuesta a la última me pareció
evidente: en el seno de SIC debía ser: ...¿seguridad en
informática y comunicaciones?, ¿seguridad de la información?,
¿seguridad de los sistemas de información?... Bueno, mal
empezamos, no se puede empezar divagando acerca del ámbito en el
que nos movemos, no obstante, precisar el mismo ayudaría a que
la respuesta a las otras dos preguntas se ajustase más a lo que
se espera que sea el contenido de esta colaboración; demos entonces
por buena la pregunta ¿en qué materia? La primera de las
respuestas: "Seguridad en informática y comunicaciones",
esperando el momento oportuno en que se pueda promover el debate que todos
tenemos en mente respecto del "ámbito de actuación",
sin herir susceptibilidades ni levantar ampollas.
Decidí entonces tratar de buscar la respuesta a la segunda de las
preguntas iniciales, ¿a quién preocupa?, para luego poder
contestar a la primera.
¿Qué me preocupa a mí? Soy demasiado nuevo en la
plaza como para que pueda ser relevante mi opinión acerca de cualquiera
de los temas que giran entorno de la "seguridad en informática
y comunicaciones". Empezamos de nuevo:
¿Qué preocupa al: ¿Responsable de seguridad?, ¿Responsable
de seguridad de la información? ¿Director de seguridad de
la información? ¿Director de seguridad informática?
Vaya por Dios, seguimos sin tener las cosas muy claras, esos son los cargos
de mis predecesores en esta sección, no vayamos a abrir un segundo
debate acerca de la "organización", y busquemos una respuesta
rápida y de compromiso; a fin de cuentas, a la mayoría de
nosotros nos preocupan unos u otros temas en función del puesto
de trabajo que ocupamos en la organización de nuestras respectivas
empresas y de nuestra propia responsabilidad (ámbito de actuación),
aceptemos pues como respuesta a la pregunta ¿a quién preocupa?:
"a las empresas".
Llegados a este punto solo queda dar respuesta a la pregunta inicial ¿Qué
preocupa? o precisando el alcance pactado de la misma, ¿qué
preocupa a las empresas en materia de Seguridad en informática
y comunicaciones? |
Las
personas, el eslabón más débil
En el poco tiempo que llevo inmerso en estos temas, he podido comprobar
a través de las reuniones con compañeros de mi entidad, a
través de sesiones de trabajo con responsables de otras entidades,
"desayunos de seguridad", seminarios, congresos y revistas especializadas,
que hay un tema que está en boca de todo el mundo y que es uno de
los objetos de reconocida preocupación por parte de la mayoría
de las empresas, el 66% de las mismas según las últimas encuestas:
me refiero al de "las personas", su formación, concienciación
y sensibilización en materia de seguridad de la información.
No por manido pierde su vigencia el aforismo "La cadena es tan fuerte
como el más débil de sus eslabones", y cuando preguntamos
en materia de seguridad de la información a los directivos de las
empresas, todos en mayor o menor grado consideran que su eslabón
más débil son las personas. No se trata de entrar en una discusión
acerca de lo cierta o no que pueda ser dicha afirmación, la realidad
es que esa es la preocupación que manifiestan.
No hemos de perder de vista las otras dos patas del trípode en el
que se sustenta cualquier modelo de seguridad de la información:
la tecnología y los procedimientos, pero tanto la una como los otros
están íntimamente relacionados y ligados en su eficacia, y
eficiencia a ese tercer y fundamental soporte para el modelo que son las
personas.
El primer paso, "formación", abarca todos y cada uno de
los aspectos de la seguridad de los sistemas de información, desde
el pilar fundamental: definición y comunicación de la política
de seguridad, pasando por el establecimiento de programas de formación
generales y específicos en esta materia; no debemos caer en el error
de pensar que solo los responsables de los sistemas de información
necesitan formación continua en materia de seguridad, es evidente
que su especialización si requerirá que esta sea continua
y específica, pero todos los usuarios necesitan la formación
necesaria para poder evitar, prever, detectar y comunicar en su caso cualquier
incidencia de seguridad. Esta formación debería ser proporcionada
en el momento de su incorporación a la empresa, manteniéndose
unos ciclos formativos permanentes que permitan el reciclaje continuado
de los mismos. Los métodos: cursos, reuniones de trabajo, charlas,
e-learning, etc. son múltiples y la eficacia de los mismos
depende en gran parte del segundo escalón: la "concienciación".
Según el Diccionario de la Lengua Española de la R.A.E. concienciar
es hacer que alguien sea consciente de algo, y consciente: que siente, piensa,
quiere y obra con conocimiento de lo que hace. Estoy seguro de que todos
los que nos dedicamos a la seguridad nos conformaríamos con que las
personas que trabajan sobre nuestros sistemas de información, conociesen
las implicaciones que conlleva esa concienciación en materia de seguridad,
y conseguir que sea efectiva no tiene por qué ser una utopía,
sino un trabajo nuestro de cada día.
Partiendo de que el concepto de seguridad ya esté asumido en las
empresas, el siguiente nivel sería conseguir esa toma de conciencia
por parte de todo el personal de la misma. No es una labor a la que nos
debamos dedicar a tiempo parcial, sino que como algún compañero
me comento en cierta ocasión, se trata de "evangelizar"
día a día, a través de nuestro hacer y el de nuestros
colaboradores, resolviendo las dudas que puedan plantearnos los usuarios
con ánimo de colaboración, utilizando "expresiones amigas"
en nuestras relaciones (¿cuantas veces hemos agradecido esa información
trasmitida tras la famosa "esto solo es culturilla pero escucha ..."?)
y conseguir que todo usuario valore la información que tiene la empresa,
las implicaciones de la pérdida de confidencialidad, integridad o
disponibilidad de la misma y promover su autoformación.
Por último, bien merece citar a la "sensibilización";
ésta debe tener entre otros objetivos propiciar en los usuarios reacciones
reflejas de protección, el convencimiento de la necesidad de adoptar
medidas de seguridad, incluso cuando éstas pueden significar un pequeño
obstáculo en el quehacer diario.
Hay que reforzar el valor de las personas en la dinámica de la empresa,
y que cuando se fijen los deberes y obligaciones de las mismas, se haga
tratando de conseguir que renueven la confianza en si mismas, en sus propios
recursos, y trabajen en su propio progreso y en el de la entidad. Querer
mejorar, aprender, permanecer atentos, abiertos a otras maneras de hacer,
ser y entender, mostrarse receptivos a la innovación; en resumen,
no se trata solamente de aplicar seguridad, sino de implicarse en esta tarea
día a día. |