TRASIEGOS MIL


En los últimos meses ha habido en nuestro país un trasiego desacostumbrado de ejecutivos responsables de empresas de la industria de seguridad TIC. Las consecuencias de estos movimientos, sin duda estratégicos, han sido variopintas: nombramientos, relevos, retornos, sustituciones, despidos, destituciones, y hasta despedidas...
Cualquier buen profesional sabe que no es trivial llevar a buen puerto la actividad mercantil que nos ocupa, máxime en un periodo en que las TIC ampliamente entendidas -a la espera de una ansiada recuperación terca en hacerse patente-, siguen sin recuperarse del varapalo de la ilusoria bubble-bit age.
  
LUIS G. FERNÁNDEZ  
Editor  
lfernandez@codasic.com  
El peso de llevar a cabo una buena gestión se agrava especialmente por las exigentes –cuando no desorbitadas– cuentas de resultados periódicas requeridas por las multinacionales estadounidenses –muchas de ellas en frenético reajuste–, lo cual explica bastante bien el acusado estrés de estos profesionales de los ‘qús’.
Aun así, el colectivo no parece haberlo hecho nada mal aquí y justo es reconocerlo. De un lustro para acá la mayoría de estos profesionales ha llevado las riendas que le son propias con buen tino, contribuyendo a asentar un segmento del mercado TIC hoy a todas luces saludable en nuestro país.
Pero entonces, si esto genéricamente ha sido así, ¿a qué se debe tanto trasiego? ¿son necesarios? Recordemos una ristra de empresas –no precisamente escueta– que han realizado cambios en sus directivos: Abbakan, BMC Software, Fortinet, Internet Security Systems, Itway, Mambo, Symantec, Trend Micro, entre otras. En el tintero se quedan casos como el de RSA Security, acéfala por enésima vez e incapaz durante ya más de una década de operar adecuadamente en España.
La explicación a tanto reajuste quizá no pueda darse en singular. Pero, posiblemente, sí hay un elemento determinante generador de todos: el creciente peso del mercado, y, consecuentemente, la mayor atención que las altas esferas depositan en el mismo.
Ello tal vez explique que algunos ‘country managers’ hayan cumplido una etapa y los capos allende el atlántico o sus delegados en la vieja Europa requieran de imaginativos bríos en sus nuevos fichajes –y en algunos casos mayor docilidad–; o que otros se animen a trasvasar sus capacidades ejecutivas a empresas antaño en feroz competencia y con estrategias decididamente opuestas; o que como resultado de alguna que otra deslumbrante fusión asuman las riendas ejecutivos con contrastadas capacidades genéricas de gestión pero escasamente versados en este peculiar mercado; o que, al albor de fructíferas experiencias pretéritas, se decida poner en marcha un mayorista especializado de nuevo cuño; o que incluso hasta alguno se plantee la posibilidad de explorar vías inéditas de advenimiento de tecnologías más complejas y sofisticadas.
En cualquier caso el fenómeno de los recientes trasiegos ha de ser visto positivamente y es sintomático de que el mercado de la seguridad TIC sigue vivo y bien. Será interesante constatar qué tal se desenvuelven en este escenario sus gestores actuales.

Documento en PDF

<volver