El Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación, INTECO, entidad adscrita al ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de su Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, organizará los días 21, 22 y 23 de noviembre en la ciudad de León, el Primer Encuentro Nacional de la Industria de la Seguridad en España, ENISE.
Este acto constituiría uno más en la rebosante agenda actual de citas relacionadas con la seguridad, si no fuera porque en realidad es el primer encuentro nacional de la industria de protección TIC que se convoca en España a instancias de una sociedad estatal, el INTECO, que tiene entre sus objetivos prioritarios la ejecución de políticas en áreas estratégicas del Plan Avanza, y particularmente en seguridad orientada a los ciudadanos y las pequeñas y medianas organizaciones, que son –no lo olvidemos– los “clientes” de las grandes compañías del sector privado y de los centros de servicios de las administraciones públicas, para quienes mayoritariamente trabaja la industria de seguridad TIC, excepción hecha de los productos domésticos antivirus y algunas familias de “paquetes” de aplicaciones básicas de seguridad orientadas a los pequeños negocios.
La revista SIC apoya ENISE porque es una convocatoria con dos objetivos primordiales; a saber: contribuir a la consolidación legítima de todos los estratos del ramo de seguridad TIC y ayudar a la conformación de una industria española en nichos de la protección tecnológica con futuro. Y eso se pretende hacer sobre la base de la información disponible acerca de lo que ciudadanos y pymes “demandan”.
Hoy, la verdad, no demandan mucho (sobre las razones de esto bien podría escribirse un libro); pero quizás aquellas personas que tienen hoy menos de dieciséis años –por poner una edad–, exijan al ir precipitándose en la madurez, servicios y productos de calidad; llegado ese momento, de la protección de su información no se van a olvidar. Y la industria tiene que atender la demanda ciudadana y prepararse para ello con visión a largo plazo y mirando lo justo al “q”. Exactamente igual que el planificador y ejecutor de una buena política industrial.
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