Las tecnologías de movilidad son un activo corporativo de relevancia en lo que respecta a sus evidentes beneficios para el negocio y la comodidad personal, pero también conllevan elementos de riesgo que conviene estudiar. Sin embargo, hoy por hoy la mayor parte de las organizaciones no está suficientemente preparada para afrontar estos riesgos, en parte porque su crecimiento dentro de las entidades ha estado impulsado directamente por el usuario, y en parte porque la diversidad de dispositivos hace muy difícil su tratamiento homogéneo. Pero es ineludible aplicar los conceptos y las buenas prácticas de seguridad, empezando por la adecuación de las políticas y procedimientos, y usando el apoyo en algunas herramientas de protección. |