![]() BICHO GRANDE ... |
|
Cómo estará de alborotado el patio de la seguridad que las principales compañías que lo abanderan andan hoy briosas tirando de la chequera para, al amparo de la confusa tesitura económica, engordar sus zurrones tecnológicos con operaciones claramente ventajosas al albor de las oportunidades evidenciadas. |
![]() LUIS G. FERNÁNDEZ Editor lfernandez@codasic.com |
En este contexto, la que hoy por hoy, sin duda se lleva la palma es Symantec, que ya atesora casi una treintena de compras en los últimos años. Esta vigorexia adquisidora del principal titán de la seguridad TIC cobra hoy rabiosa actualidad en atención a sus tres recientísimas compras, las de PGP, Guardian Edge, y de uno de los segmentos de la actividad de VeriSign. Las dos primeras, claramente orientadas a dotarse de alternativas robustas para estar en disposición de proporcionar los ya inevitables servicios de confidencialidad que la sociedad de la información demanda y la tercera, para, en coherente movimiento, proveerse del know how necesario para ofrecer servicios de autenticación e identidad en escenarios digitales. En apariencia, todo pinta coherente en esa poliédrica esfera de protección que está conformando Symantec con su panoplia de tecnologías adquiridas. Con todo, quizá valga la pena reflexionar precisamente sobre sus últimos movimientos, principalmente los encabezados por PGP y VeriSign.
El lector curtido en esto de la protección TIC aún recordará la atropellada trayectoria de PGP: pocas veces una compañía genuinamente de seguridad sofisticada (¡hablamos de cifrado!) y con un pedigrí tan señero ha tenido un currículo mercantil tan zarandeado. Tras un sonoro fracaso en su debut profesional bajo el paraguas de la extinta Network Associates (esto es, McAfee) y subsiguiente aventura anodina en solitario, cae ahora en las manos de otro gigante de la seguridad. Otro tanto le sucede a VeriSign, que en los últimos años hasta sufrió reculadas de varios candidatos a su compra. Hay algo claro: no todas las seguridades son iguales ni son la misma cosa. Cifrado y protección perimetral no son sinónimos. Algunas tecnologías no son precisamente fáciles de digerir y domesticar. Hacerlas llegar al mercado y que éste las adopte no es empresa fácil. Precisamente el campo del cifrado y la autenticación ha sido terreno especialmente abonado para este ‘estrellato’ comercial. La última década está repleta de sonoros fracasos por parte de compañías incapaces de aproximar sus tecnologías al mercado con la debida pericia. Symantec, un coloso en no pocas áreas de la protección y del almacenamiento, parece apostar ahora con intensidad por servicios de seguridad no habituales en sus menesteres. Será interesante observar si cuaja la apuesta o si, una vez más, a PGP no se le encuentra acomodo. En el reciente evento del ISMS Forum Spain, Mark Bregman, CTO de Symantec, dijo que el sendero estratégico de su compañía se orienta a seguir y proteger la información donde quiera que vaya. Esta declaración de principios parece coherente y bien atinada; ahora bien, quizá convenga precisar que la información, per se, no es nada si no hay alguien que haga uso de ella. Tal vez los prebostes suelta-billetes de estos gigantes de la protección debieran enjuiciar como posible que, a fin de cuentas, la auténtica columna vertebral de la seguridad son las personas y, claro, si a la gestión de sus identidades no se la considera en este orden jerárquico prioritaria, tal vez la sensación es que su aspiración a completar el círculo no se vaya a cumplir nunca. |
|
![]() |